Quisiera iniciar el recuento de este campamento de verano agradeciendo al Instituto Confucio PUCP por darme la gran oportunidad de cumplir este sueño que había tenido desde que emprendí la aventura de aprender el idioma: poder viajar y conocer China. Mis expectativas fueron superadas ampliamente y esta experiencia queda como uno de los más hermosos recuerdos de mi vida.
Desde la salida en el aeropuerto de Lima, estábamos bastante nerviosos, ya que quedaban varias horas hasta poder arribar a nuestro destino, el aeropuerto internacional de Pudong; no obstante, al llegar nos recibieron cordialmente nuestras profesoras guía quienes con una sonrisa y agitando el banner con el nombre de nuestra universidad e Instituto Confucio, nos hizo sentir bienvenidos y dispuestos a vivir cada día en Shanghai como si fuera el último.
En nuestras clases por las mañanas aprendimos junto a nuestros profesores y demás compañeros. Con la ayuda de nuestra profesora, quien es una profesional de altísimo nivel, logramos aprender más de 30 formas gramaticales y repasar muchísimo vocabulario. Además del libro reglamentario, llevamos un libro de texto de comprensión lectora, lo cual nos ayudó a adoptar nuevas formas de aprendizaje mediante la predicción de textos, significados de palabras, etc.
Durante las tardes, nuestro objetivo fue conocer la gran ciudad de Shanghai y disfrutar de los maravillosos lugares turísticos que nos ofrecía. En los primeros días, fuimos a la Torre de la Perla, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Fue muy emocionante el subir por el ascensor y descubrir lo pequeño del mundo ante nuestros ojos. Apreciamos los grandes edificios y el río Huangpu, sintiendo la magia de Shanghai. Posteriormente, otro de los lugares más hermosos fue nuestra visita a Zhujiajiao, la Venecia china, en donde navegamos por el río en la ciudad y pudimos probar una gran variedad de comida china, diferente a la que habíamos probado en la ciudad. Fue muy relajante apreciar otra cara de China reflejada en un pequeño pueblo a las afueras de Shanghai. De esa misma forma nos sentimos cuando fuimos al Yuyuan Garden, uno de los lugares más visitados por los turistas al ser el ejemplo más claro de que la modernidad y la antigüedad pueden coexistir. Igualmente disfrutamos de la visita a Hangzhou, ubicada en la provincia cercana de Zhengjiang, cerca de Shanghai. Ahi visitamos el espectacular lago Xihu, y pudimos apreciar la puesta de sol mientras navegábamos en botes. Los museos también nos hicieron ilusionarnos al aprender que tan magnánimo había sido el desarrollo económico de Shanghai, hasta lograr convertirse en una de las ciudades más modernas del Asia.
Hacen falta más que palabras para poder describir lo maravillosos que fueron cada uno de los días en Shanghai, aprendiendo y conociendo un nuevo mundo. Espero que de esta manera varios otros estudiantes se animen a ampliar sus horizontes y aprendan este idioma que, sin lugar a dudas, enriquece el alma y la mente.